martes, 19 de marzo de 2013

I'm fucking done with this shit

Así, en inglés y todo. Es lo que he gritado cuando me he tenido que desnudar para ducharme y se me ha ocurrido mirarme al espejo. I'm fucking done with this shit, estoy harta de esta mierda. No puedo mirarme al espejo sin que empiece a burbujear la sangre de la rabia que me da ver mi cuerpo amorfo y deforme. Me miro de cintura para arriba y casi -repito, casi- llego a gustarme, pero es llegar a las caderas y bajar un poco los ojos y entrarme ganas de llorar. Es irracional; es sólo un cuerpo, es sólo grasa, estrías y celulitis; tampoco es que me hayan cortado las piernas y tenga muñones. Y, sin embargo, no puedo verlo porque si lo miro durante más de diez segundos seguidos me vuelvo loca y siento ganas de estampar todo lo que tenga a mi alcance.

No tiene ningún sentido: la gente no me quiere o deja de querer por mi cuerpo. Hoy me he levantado y era un día bueno, en unas horas me iré de Shittytown y veré a Alice y le daré la última chorradita que le he hecho y ella reirá como hace siempre, incrédula, casi avergonzada, como creyendo no merecerlo. Esos pequeños momentos con ella hacen que la vida merezca la pena y mi vida, en esos instantes, es ajena a pesos, grasa o calorías. Pero hoy he cometido el error de mirarme al espejo mientras me desnudaba y todo se ha ido a la mierda.

Entonces, he soltado esa frase, ese I'm fucking done with this shit que me ha hecho reaccionar. Ignorar el problema no hará que se vaya. No me miro al espejo apenas. Cuando entro en el ascensor, lo hago con la cabeza baja, mirando al suelo, y me coloco de espaldas al espejo. Cuando me cepillo los dientes, lo mismo. Quizá ahí está el problema. No adelgazo lo suficiente porque al no mirarme, pienso que estoy mejor de lo que realmente estoy. La báscula escupe números que parecen lo suficientemente bajos y yo sonrío y pienso que todo está bien, que hoy me puedo permitir un capricho para comer. Mal. No le hagas caso a la báscula, hazle caso al espejo, me digo a mí misma, te has de mirar al espejo tanto como te pesas si quieres bajar. Y entonces me he venido aquí a escribir esto y a dejar constancia al mundo de que I'm fucking done with this shit y que voy a hacer lo que sea para que mirarme al espejo no sea una tortura. Me da igual lo que opine la gente del número que pone en la báscula y del número que quiero alcanzar, no me van a hacer sentir culpable o loca, no lo estoy. Ellos sólo me han visto con ropa y la ropa es como la religión del cuerpo; algunas personas están cegados por ella y tienen fe ciega en que lo que nos insinúa es real, todos suponemos que es una mentira pero reconforta pensar que es cierto, y si desaparece estamos perdidos y nuestros defectos son sólo nuestros y no dependen de nada más. Y yo ni creo en Dios ni creo en la ropa. Creo en lo que hay bajo de ambas cosas, por suerte o por desgracia, y en ninguno de los dos casos me gusta lo que veo.

Así que me he propuesto una meta para este verano: me pondré shorts y me gustará lo que dejan ver. Para eso tengo que empezar a ponerme en serio con los atracones de una vez.

3 comentarios:

  1. hola que pena lo des espejo a mi siempre me pasa eso con el espejo cuando me cambio o me voy a bañar el espejo me dice estas gorda cuando la miro por eso trato de no mirarla pero creo que no funciona mas tarde voy corriendo al espejo a mirarme como me veo si e bajado o e subido.

    cuídate mucho y animo....

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  2. Vale...Leo esto y entiendo tu comentario.
    No puedes ignorar los números, pero mucho menos lo que ves en el espejo. Aunque me parece bien tu meta, y la comparto...Sobre todo con las piernas retorcidas que gasto.
    Este verano va a ser nuestro verano, ¿vale? Con minifaldas, shorts y bikinis. Tú puedes guapa, ánimo.

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  3. Ánimo guapa, seguro que lo harás bien, no creo que con tu peso y tu estatura tus piernas sean gordas pero te entiendo perfectamente y no hay razón para que sientas eso cuando te mires al espejo, así que adelante. Besos

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