jueves, 28 de marzo de 2013

Vacaciones + intake fotográfico

A partir de hoy empiezo las vacaciones de Semana Santa y por eso he vuelto a Shittytown. Siempre que vuelvo a casa, como os pasará a muchas que vivís fuera, mi madre me ceba a comer y acabo engordando un par de kilos en muy poco tiempo, así que esta vez he tenido la precaución de traerme la báscula para poder pesarme a diario. Es la única manera de no pasarme de la raya. Eso sí, la he escondido porque no quiero ni imaginar qué pensaría mi familia de mí si viera que en mi maleta he metido una báscula.

Además, me he comprado un smartphone de esos (hablo como una abuela). Sí, yo era de las pocas personas que quedaban con móviles prehistóricos que sólo servían para enviar sms y llamar, prácticamente. La presión de sentirme más aislada de la gente de lo que ya me aíslo yo por motivos propios me ha hecho decidirme a comprarme un cacharro de estos, que, por cierto, he usado en estos dos días para todo menos para llamar o envias sms. Ironías de la vida.

Así que, para probar la cámara, he sacado fotos de mis intakes de hoy. La moneda la pongo para poder apreciar el tamaño de la comida, manías que he cogido de una web donde lo piden para calcular tus intakes y calorías.

Intake de 28-03-2013
Desayuno: nada.
Comida: Habichuelas y habas de soja con pimiento.



Merienda: Macedonia de fresas, pera, mango y kiwi.

Cena: (todavía no la he comido pero la tengo preparada) Fajita de tortilla de patatas.

¿Qué os parece?
No es ni mucho menos lo que comería si estuviera sola, pero no está tan mal. Teniendo en cuenta, por ejemplo, que le acabo de decir a mi madre que ya he merendado y me ha ofrecido de re-merienda croissants rellenos de chocolate...

lunes, 25 de marzo de 2013

Atracón esquivado + compañeras pesadas

Sé que os parecerá una tontería eso pero necesitaba dejar constancia de ello. Cuando escribí la anterior entrada, estaba deseando que Alice se fuera a clase por fin porque tenía mono por todo el malestar que tengo debido al rechazo amoroso que tuve con ella. ¿Qué significa mono en mi mundo? Significa que  cuando se marchara Alice bajaría al Lidl que tengo justo abajo y me compraría mis chocolatinas favoritas (en la imagen), para atracarme lo máximo posible en el menor tiempo y luego arrepentirme y llorar y llamarme gorda. Esos son los efectos de mi mono y siempre funciona así; he de bajar a comprar porque no guardo guarrerías en casa para evitar tentaciones más a menudo. Puedo hacerlo fácilmente si están mis otras compañeras en casa, pero Alice sabe de mis problemas con la comida y es imposible engañarla, por eso he de esperar a que no esté.

Como además tenía hambre porque llevo dos días comiendo muy poco (hasta que no pasan 4 días seguidos comiendo poco tengo el problema de poder caer en atracones porque tengo hambre a todas horas), he decidido hacer boca con un trozo de bizcocho casero. Total, como digo siempre, una vez me paso de las calorías permitidas por mi enfermiza mente, me da igual 100 que 1000 calorías de más. Lo he disfrutado como una marrana y mientras lo comía no paraba de imaginarme mojando esas deliciosas chocolatinas de cacahuete en té caliente, para que se derrita la parte exterior, y engulléndolas como loca. Así de guarros son mis momentos atracón.

Por fin, justo cuando he acabado de comer, Alice se ha marchado y se me han cruzado los cables. He pensado "estoy totalmente sola en casa por primera vez desde hace mucho, voy a aprovecharlo" así que no se me ha ocurrido otra cosa que intentar vomitar el bizcocho. Lo he conseguido después de mucho esfuerzo y para cuando he acabado, se me han pasado las ganas de atracón.

Por una parte me parece fatal eso de haber vomitado, hace tiempo que no lo hacía y, tonta de mí, he recaído (por suerte, sólo recurro a ello en casos extremos, no me voy a obsesionar con volver a hacerlo), pero por otra he conseguido evitar meterme en el cuerpo las 1000 calorías extra que he estado a punto de ingerir como una cochina aspiradora. Vale que la manera de entretenerme no ha sido la mejor, pero esto me ha vuelto a abrir los ojos sobre la necesidad de encontrar algo que hacer y que nos entretenga cuando tengamos esas locas ganas de comer sin control.

Por otra parte, después de vomitar ha llegado una de mis compañeras, llamémosla Peach. Ella es de esas personas que no se da cuenta cuándo no te apetece hablar, ya sea porque estás cansada o porque no estás de humor. Yo estaba en el salón con mi portátil y lo último que me apetecía en el mundo era fingir estar normal y hablar, así que me he puesto los cascos y me he puesto música. Pues bien, Peach ha venido con ganas de cháchara y no me ha dejado de hablar, a pesar de que yo no quitaba los ojos de la pantalla y sólo hacía de vez en cuando un ahá desganado. 

 Suena tonto, pero no soporto que la gente no se dé cuenta de que molesta y de que no tengo ganas de hablar ni de escuchar su puñetera vida, sobre todo si esa gente no la considero amiga mía. A veces me gusta disfrutar de mi soledad y de mi silencio interno y odio que no lo respeten. Me ha cabreado mucho, en serio.

El final de Alice

El otro día me armé de valor y decidí decirle a Alice claramente que quería algo más serio con ella. Ella, ya lo he dicho mil veces, sabe que me gusta pero nunca ha querido nada conmigo. En su momento me dijo que estaba hecha un lío, que tenía ganas de liarse conmigo (de hecho, nos liamos un poco un par de veces), pero que no podía prometerme nada ni empezar nada serio porque no estaba segura de nada. Tenía la cabeza muy liada y no quería estropear nuestra amistad ni hacerme daño. Un aplauso por su sinceridad, por cierto, que otra/o se habría aprovechado de mí sin tenerlo claro.

Le di todo el tiempo que necesitaba pero no reaccionaba, ni para bien ni para mal, así que decidí escribirle una carta contándole que la quería y que me gustaría intentar algo con ella, aunque no hiciera falta ponerle nombre, ni fechas, ni formalidades. Se lo hubiera dicho a la cara pero me daba tanto miedo la respuesta que no me atreví. 
El viernes me contestó con otra carta y me dijo que la abriera cuando estuviera más tranquila (ese día tenía una exposición en la universidad y estaba de los nervios) y se despidió de mí por esa semana. y sólo con eso ya sabía lo que ponía dentro. Así que me negué a leerla hasta muchas horas después, cuando llegué a Shitytown. La abría, la desdoblaba y la cerraba sin querer mirar las palabras, como si cada vez que lo intentara fuera a cambiar lo que había escrito en la hoja. Al final, leí sólo dos palabras, "lo siento", y se me derrumbó el mundo. Me esforcé en leer la carta a pesar del agobio tonto que me había entrado y, efectivamente, me contaba que ella me quería muchísimo pero que no sentía lo que debía sentir para empezar algo serio. Y que lamentaba haber alargado la situación por estar confusa en su momento. Me dijo que quería que las cosas fueran como siempre pero que si yo necesitaba distanciarme lo entendería. "Bah, tonta, si ya lo sabías, al menos lo has intentado y ella quiere que todo siga como antes, no te va a rechazar", empecé a decirme, y justo cuando fui a abrir la puerta de mi habitación para aparentar normalidad ante el resto de mundo, me eché a llorar. A llorar y a temblar como una loca, durante a saber cuánto tiempo. Este fin de semana ha sido horrible. Antes, por lo menos, me conformaba en pensar que puede que le acabe gustando, pero ahora ni siquiera tengo esa pequeña esperanza.

Le dije a Alice que yo quería que todo fuera como hasta ahora, que la quiero mucho como amiga y que eso está por encima de todo, pero no sé cómo manejar la situación. Es como intentar coger agua con las manos, que se escapa sin que puedas hacer nada. Así la veo a ella, escurriéndose poco a poco de mi alcance sin que se dé cuenta. 

Joder, es que mientras escribo esto la tengo sentada en el sillón del frente, haciendo algo en su ordenador y no puedo dejar de mirarla y pensar que me encanta. Está tan cerca de mí pero es tan inalcanzable que duele.

martes, 19 de marzo de 2013

I'm fucking done with this shit

Así, en inglés y todo. Es lo que he gritado cuando me he tenido que desnudar para ducharme y se me ha ocurrido mirarme al espejo. I'm fucking done with this shit, estoy harta de esta mierda. No puedo mirarme al espejo sin que empiece a burbujear la sangre de la rabia que me da ver mi cuerpo amorfo y deforme. Me miro de cintura para arriba y casi -repito, casi- llego a gustarme, pero es llegar a las caderas y bajar un poco los ojos y entrarme ganas de llorar. Es irracional; es sólo un cuerpo, es sólo grasa, estrías y celulitis; tampoco es que me hayan cortado las piernas y tenga muñones. Y, sin embargo, no puedo verlo porque si lo miro durante más de diez segundos seguidos me vuelvo loca y siento ganas de estampar todo lo que tenga a mi alcance.

No tiene ningún sentido: la gente no me quiere o deja de querer por mi cuerpo. Hoy me he levantado y era un día bueno, en unas horas me iré de Shittytown y veré a Alice y le daré la última chorradita que le he hecho y ella reirá como hace siempre, incrédula, casi avergonzada, como creyendo no merecerlo. Esos pequeños momentos con ella hacen que la vida merezca la pena y mi vida, en esos instantes, es ajena a pesos, grasa o calorías. Pero hoy he cometido el error de mirarme al espejo mientras me desnudaba y todo se ha ido a la mierda.

Entonces, he soltado esa frase, ese I'm fucking done with this shit que me ha hecho reaccionar. Ignorar el problema no hará que se vaya. No me miro al espejo apenas. Cuando entro en el ascensor, lo hago con la cabeza baja, mirando al suelo, y me coloco de espaldas al espejo. Cuando me cepillo los dientes, lo mismo. Quizá ahí está el problema. No adelgazo lo suficiente porque al no mirarme, pienso que estoy mejor de lo que realmente estoy. La báscula escupe números que parecen lo suficientemente bajos y yo sonrío y pienso que todo está bien, que hoy me puedo permitir un capricho para comer. Mal. No le hagas caso a la báscula, hazle caso al espejo, me digo a mí misma, te has de mirar al espejo tanto como te pesas si quieres bajar. Y entonces me he venido aquí a escribir esto y a dejar constancia al mundo de que I'm fucking done with this shit y que voy a hacer lo que sea para que mirarme al espejo no sea una tortura. Me da igual lo que opine la gente del número que pone en la báscula y del número que quiero alcanzar, no me van a hacer sentir culpable o loca, no lo estoy. Ellos sólo me han visto con ropa y la ropa es como la religión del cuerpo; algunas personas están cegados por ella y tienen fe ciega en que lo que nos insinúa es real, todos suponemos que es una mentira pero reconforta pensar que es cierto, y si desaparece estamos perdidos y nuestros defectos son sólo nuestros y no dependen de nada más. Y yo ni creo en Dios ni creo en la ropa. Creo en lo que hay bajo de ambas cosas, por suerte o por desgracia, y en ninguno de los dos casos me gusta lo que veo.

Así que me he propuesto una meta para este verano: me pondré shorts y me gustará lo que dejan ver. Para eso tengo que empezar a ponerme en serio con los atracones de una vez.

domingo, 10 de marzo de 2013

Mal humor + intake

He comido hace un rato y ahora estoy en una dicotomía en mi cabeza que parezco Gollum:


- Quiero comer, me apetece comer golosinas y chocolate, o quizá galletas con leche... mmm... galletas de canela y de caramelo. Aprovecharé que este es mi último día en Shittitown, la casa con manjares de dioses.

- Aguanta, aguanta. Luego te comes una naranja y aguantas hasta la cena...

- ¡A la mierda las naranjas! Ni llenan, ni me gustan, ni las disfruto, ni nada; yo quiero comer las galletas con caramelo que me ha comprado mi madre. O el conejito de pascua de chocolate... sólo una orejita...

- Sabes que si te comes la oreja, luego irá la otra y después la cabeza y medio cuerpo.

- ¿Y qué? Mañana empiezo la increíble carrera que se ha currado Meek Maniac y pienso seguirla a rajatabla. Algún capricho me tendré que permitir antes, ¿no? Sobre todo teniendo en cuenta que me tiene que venir la regla y no lo voy a poder comer como una cerda en medio de la carrera.

- Sine, aguanta, aguanta, ¡¡aguanta!! Si aguantas es posible que mañana, en tu reporte semanal de peso, veas un 49, ¿no te haría ilusión?

- Sí, claro que me haría... pero ya te he dicho que lo pienso perder durante este mes de carrera.

- No, tonta, que crees que controlas y luego no lo haces. Ponte con el crochet o con el cubo de Rubik, que te distraen de esos pensamientos. Ponte a dibujar. Dibújale una nueva notita sorpresa a Alice, que a ella siempre le encantan.

- ¡Que quiero comer, hostia! ¡Cállate la puta boca! Voy a ir a la despensa y cogerme el conejito de chocolate, nadie me lo va a impedir, y mucho menos tú que no eres real. ¡Que no pasa nada! ¡Sólo es chocolate! La gente come chocolate sin tener estas conversaciones internas.

- Bueno, haz lo que quieras... Tú verás...

- Eh... ¿no me vas a detener? ¿Ni a hacerme sentir culpable?

- Ya eres mayorcita para ver lo que haces con tu vida, tía, a mí no me líes. Además, tú lo has dicho, no soy real; si quieres comer, comerás y yo no te podré parar.

- Jo... es que ahora me siento mal. Mira, vamos a hacer una cosa, voy a ponerme a dibujar y cuando acabe, como premio, como algo de chocolate, ¿sí?

- Venga, trato hecho.

Intake 10/03/2013:
Desayuno: un té sin azúcar con chorrito de leche desnatada (15 kcal) y 30 g de cereales tipo All-bran (120 kcal).
Comida: plato de paella vegetal (350 kcal) + 2 golosinas (64 kcal).
- Merienda-cena: leche con galletas y cereales + 5 golosinas (no ha llegado a ser atracón, pero me da palo contar las calorías, no me quiero emparanoiar).

Ejercicio: 40 minutos de bicicleta

0,049 x (50.6 x 2,2 ) x 40= 219 kcal



sábado, 9 de marzo de 2013

Hablemos de mi ex + intake

Creo que no he llegado a hablar abiertamente de mi ex en este blog todavía. Ella, a la que llamaré November de ahora en adelante, es muy en parte culpable de lo que me ocurre ahora con la comida. Fue a mis 19 años y durante 3 años mi primera pareja y, hasta ahora, la única. Nuestra relación empezó de una manera cada vez más habitual en la gente: la conocí por internet. Durante un tiempo mantuvimos contacto a través de nuestros respectivos blogs, ahora inexistentes, hasta que quiso conocerme en persona. Ambas éramos de la misma provincia y estudiábamos de la misma universidad y, aunque yo no quería en un principio, acepté quedar con ella. Fue la primera persona a la que me abrí y le conté todos mis problemas con la autolesión, depresión, pensamientos suicidas y autoodio. No le dije nada sobre la comida porque por aquel entonces no era un verdadero problema para mí.

Comenzamos a salir casi en seguida y yo estaba en una nube ¡Por fin tenía a alguien que me entendía y no me juzgaba! Pero la felicidad eterna duró poco, sólo dos semanas después de comenzar nuestra relación comenzó a volverse loca. Hasta hace unos meses nunca lo vi de esa manera, pero November me maltrató psicológicamente. Me decía que me quería más que a nada pero, cuando le venía en gana, me decía que yo era un ser despreciable, o que yo no la quería, o que me suicidara. Se cabreaba a la mínima y no sabía estar una semana sin que yo, aparentemente, hiciera algo que fuera la gota que colmaba el vaso y me dejara. "Zorra. Puta. Esta vez es la definitiva", decía, aunque nunca fuera verdad. Me prohibió hablar con su madre cuando iba a su casa (todavía no sé la razón), montaba escenas dignas del programa 'Hermano Mayor' (pero sin romper puertas o lanzar objetos) cada vez que comíamos en su casa y se marchaba y me dejaba sola con su madre, con la que no podía hablar, claro. Me dedicaba palabras cargadas de bilis y dirigidas a donde más dolían sólo porque se había enfadado conmigo sin motivo alguno. Pero yo, a pesar de todo, la quería.

Yo empecé siendo una chica muy cariñosa con ella, escribía poemas cursis cuando nunca lo había hecho, escribía historias en las que me imaginaba nuestra vida en unos años, no me importaba que me vieran en público besándome con ella... Ahora lo pienso y me cuesta recordar esa parte de mí. November la fue entrerrando viva poco a poco debido a su locura. Desde entonces me consideraba a mí misma una persona poco cariñosa, una rancia, una persona que no tenía gestos de cariño... Hasta que me enamoré de Alice y me di cuenta de que realmente yo sí que era cariñosa. Me di cuenta de eso una noche, mientras dormía abrazada a Alice y le acariciaba la cara, cuando ella me dijo algo así como: "siempre supe que, en el fondo, realmente eras una persona cariñosa". En ese momento mi cabeza hizo un sonoro "click" y todo encajó como un puzzle bien montado. November había escondido esa parte de mí, pero no había muerto, como yo creía.

Sigamos con la historia... November actuó así conmigo durante un año hasta que dije basta. Me estaba volviendo loca. Todas las veces que me he autolesionado desde mi recuperación a los 19 años han sido debido a ella. Empezaba a tener una disonancia en mi cerebro muy extraña: la quería muchísimo pero al mismo tiempo la odiaba con toda mi fuerza y tenía ganas de insultarla y despreciarla continuamente. De hecho, lo hice durante una época y me arrepiento. Así que, por primera vez, fui yo la que la dejó. Ella vino arrastrándose una semana después y me prometió que cambiaría. Cambió parcialmente (me dejaba hablar con su madre), pero siguió con sus locuras aunque no fueran tan constantes. Sin embargo, el daño ya estaba hecho, el corazón ya estaba roto en mil trozos y sólo con tiritas no se podía reparar. Mi actitud fue cambiando poco a poco, convirtiéndome en una persona taciturna, nada cariñosa, a la que casi tenías que rogarle un beso. A pesar de todo, yo amaba a November, pero ya no de la misma manera incondicional. Duramos dos años más así, con peleas continuas y con ella dejándome cada dos semanas prácticamente, aunque también tuvimos muy buenos momentos. Creo que lo de dejarme acabó siendo su manera de hacerme ir tras ella, de mendigar algo de amor por mi parte, pero lo único consiguió fue meterme en un bucle de ansiedad en el que se me quitaba el hambre por completo o me atracaba a comer. Ahí fue cuando empezaron, en mi opinión, mis verdaderos problemas con la comida.



En octubre del 2011 me dejó definitivamente y me hundí. Alice y su entonces pareja me ayudaron mucho, si no hubiera sido su ayuda es posible que yo hubiera acabado muy mal. En esa época fue cuando se agravó mi problema con la comida; no quería comer y Alice me obligaba pero, secretamente, me gustaba verme adelgazar, era lo único que me motivaba. Luego, de repente, me atracaba a comer chocolate. O pasaba semanas comiendo sólo un alimento, como cuando me dio por comer sólo un tipo concreto de cereales con leche. Alice veía que no comía normal y me lo decía, pero no fue hasta hace unos meses cuando le confesé que tenía problemas.

November reapareció en mi vida en enero del 2012 y volvimos a estar juntas, siguió siendo todo una mierda y unos tres meses después, cuando me dejó por enésima vez, yo era otra persona y no fui detrás. Dije "hasta aquí" y así ha sido hasta ahora. No he vuelto a tener contacto con ella, ni ganas, excepto por su e-mail y llamada inesperados de este enero.

Me ha costado mucho tiempo y muchas conversaciones y lloros el no guardarle rencor ni odio. Siempre le he echado la culpa de haberme convertido en una persona nada romántica y alérgica a las cursilerias o a los "te quieros". Fue el descubrir que sigo teniendo esa parte dentro de mí lo que consiguió liberar el rencor y soltarlo. El peso que me quité de encima no se puede medir en una báscula.

Intake de 09.03.13:
Desayuno: nada
Almuerzo: nada
Comida: medio bocadillo de tortilla de patatas (250 kcal) + 1 golosina (60 kcal) + 1 té sólo (1 kcal).
Merienda: 1 manzana (90 kcal)
Cena: el medio bocadillo de tortilla que faltaba (250 kcal) + 1 naranja (90 kcal).
Total: 741 kcal
Ejercicio: -114.55 kcal
21 minutos en bici a ~16 km/h. 0.049 x 50.6 x 2.2 x 21 = 114.55 kcal
Calorías descontando el ejercicio: 596.45



Intake de hoy si hiciera caso a lo que mi madre ha planeado para comer:
Desayuno: vaso de leche con galletas + rosco de cabello de ángel.
Almuerzo: yougurt azucarado
Comida: un bocadillo de tortilla de patatas + una manzana + 20 gramos de chocolate + 5 golosinas + te con leche y azucar.
Merienda: vaso de leche con cereales.
Cena: media quiche hacendado + papas de bolsa + queso + ensalada + naranja + 20 gramos de chocolates.



viernes, 8 de marzo de 2013

De vuelta a Shittytown

Voy a contar algunas cositas de cómo han ido los dos últimos días:
  • El miércoles por la tarde ya no aguantaba más en mi piso de estudiantes, notaba que me iba a volver loca después del pequeño ataque de ansiedad que tuve la noche anterior en el que no podía parar de llorar y me costaba respirar, así que decidí dar por terminada la semana y volverme a Shittytown. Para las que no lo sepáis, Shittytown es como llamo yo a mi pueblo, cuando vuelvo a casa de mis padres. Necesitaba alejarme de todo unos días y ver las cosas con perspectiva. Ni siquiera quise avisar a mis compañeras de piso de que me iba, sólo dije un escueto "ahora vuelvo" y no volví. Creo que no me han echado en falta, ni me han llamado para decirme si me he muerto o algo. 
  • A quien sí llamé fue a Alice, a ella sí quise avisarla de que no iba a volver por el piso hasta que acabara la semana (NOTA: vivo con 3 chicas, una de ellas el Alice, las otras influyen tan poco en mi vida que no tienen ni mote). Y cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que ella también había vuelvo a su pueblo por unas razones similares a las mías. Alice siempre me dice que estamos conectadas y yo no creo mucho en esas cosas pero voy a tener que empezar a hacerlo. El caso es que estuve hablando con Alice y las cosas se han arreglado. Lo malo es que la decepción no me la quita nadie, pero es que es una chica tan adorable cuando quiere que cuesta estar enfadada con ella. En serio, tendríais que conocerla para entenderme. La pobre lo está pasando también mal por sus propias circunstancias y tiene su propio agujero en el que se ha adentrado sin querer. Se lo perdono, aunque me sigue doliendo que me haya dejado en segundo plano, pero así es la gente, ¿no? Y así es como he de ser yo de ahora en adelante.

  • He estado haciendo crochet o ganchillo, que hacía tiempo que no hacía. Me gusta hacer muñequitos de ganchillo, también llamados amigurumi, me relaja. Hace poco llegué a la conclusión de que cuando quiero callar mi mente, hago trabajos "mecánicos", que requieren de la repetición de una serie de movimientos: el ganchillo, montar el cubo de rubik, origami... Es como si mi mente se centra sólo en esos movimientos y no pudiera pensar en nada más. Lo voy a usar como remedio contra la ansiedad de comer, a ver si funciona.
Uno de los primeros amigurumis que hice
  • Atracón ayer. Es lo que tiene estar en Shittytown. Mi madre me compra muuuucha mierda con todo el cariño del mundo, me cocina como si fuera un fornido hombretón que trabaja en un empleo exigente físicamente, me pregunta mil veces si he merendado o si quiero X mierda irresistiblemente calórica... Y yo estaba en un estado de ánimo tal en el que no podía decir que no. Cayeron golosinas, una bolsa de patatas fritas, chocolate, más golosinas, más chocolate, un paquete de galletas, turrón... No lo pude evitar. Acabé con ganas de vomitar de verdad; de hecho tuve esa vieja conocida sensación (sensación no, hecho real) de que se me salía la comida por la boca y acabé en el baño tirando comida por la boca con sólo inclinarme, aunque no me provoqué el vómito después.
  • Como "castigo" o medida de control, he decidido retomar el seguimiento de mi intake cuando esté en Shittytown. Si sé que vais a leer lo que como, me cortaré un poco a la hora de comer mierda para no avergonzarme después. Creo que es la única manera.

Intake de 08.03.13:
Desayuno: nada
- Almuerzo: nada
Comida: plato mediano de arroz caldoso (350 kcal) + media manzana (45 kcal).
- Merienda: una mandarina 50 kcal) +  2 golosinas (60 kcal. Arrrgh, ¿`por qué lo he hecho? Al menos han sido 2, no 20 como ayer).
Cena: una tortilla con habas (190 kcal) + una naranja (90 kcal) + dos onzas de chocolate (110 kcal. Mi padre me ha insistido).
Cierro el buche por hoy. Estoy contenta pero podría haberlo hecho mejor: me sobra el chocolate, las golosinas y la naranja. Espero no tener que actualizar luego con un atracón nocturno.
Total: 895 kcal
Ejercicio: nada, soy una perra.





miércoles, 6 de marzo de 2013

Mierda de gente II

Al final, sobre las 9 y media, Alice tocó a la puerta de mi habitación:
- Pasa.
- Yo voy a cenar ya, ¿tú quieres?
- No, la verdad es que no me apetece nada...
- ¿No?-cerrando la puerta y marchándose.

Eso fue lo único que me dijo. Ni '¿y eso que no te apetece?', ni 'venga, tonta, vamos a cenar y nos olvidamos de todo', ni un simple '¿estás bien?' que yo le pregunto cada vez que la veo algo seria. Nada. Me quedé en mi habitación llorando y a ella la escuché entrar a la suya sobre las 10 y media. Tampoco vino a buscarme para que durmiera con ella; seguro que ahora está pensando que por fin se ha librado de mí por las noches. A mí me costó mucho dormirme y he tenido sueños horribles.

No he ido a las clases de la mañana y dudo mucho que vaya a las de la tarde. Sólo me apetece quedarme en la cama ahora mismo. Por supuesto, ni a Alice ni al resto de lo que yo llamo 'amigos' le importará, sólo me echarán en falta cuando necesiten ayuda y vean que no estoy. Entonces sí preguntarán por mí. 

Estoy muy muy muy muy decepcionada, no sabéis cuánto. Se me ha cerrado el estómago por completo y no tengo ganas ni de comer guarrerías.

martes, 5 de marzo de 2013

Mierda de gente

Lamento comunicar que la persona que escribía en este blog ha muerto. La he matado yo. Era demasiado buena e inocente para este mundo. A partir de ahora yo la sustituiré. Tendré el mismo nombre, la misma cara, el mismo peso, los mismo problemas y recuerdos que ella pero no seré ella. No actuaré como ella. Voy a dejar de ayudar a la gente altruísticamente porque a cambio sólo recibo empujones cuando yo quiero algo de ayuda. 

Alice sabe que estoy agobiadísima con la universidad, que no estoy nada motivada. Hoy no he ido a clase y hablando con mi madre  por teléfono casi me pongo a llorar. Después de un rato cabizbaja, meditando sobre todo, he dicho a Alice 'ay, Alice, creo que no estoy nada motivada con la universidad ahora mismo, no sé que voy a hacer. Me estoy agobiando un poco'. Su respuesta ha sido 'pues no vayas a clase, así lo solucionas' y ha seguido viendo la tele. Le he contestado que la solución también sería meterme en la cama y no volver a salir y me he metido en la habitación. Ni siquiera se ha molestado en ir a buscarme y preguntar si estoy bien. ¿Para qué? ¿Que le he acompañado por la tarde a ir de compras sin querer yo comprarme nada? ¿Que me he pasado una semana ayudando a traducir un artículo de 20 hojas en inglés porque ella tiene que hacer un trabajo (mejor dicho, traduciendo el artículo yo mientras ella escribía lo que le dictaba, porque no tiene ni papa de inglés)? ¡Da igual! Es mi obligación como buena persona. A mí que me den por el culo si necesito algo, yo estoy aquí para ayudar, no para comerle la cabeza a la gente con mis tonterías.

Estoy tan cansada por todo esto. Siempre me dejo a mí en último lugar y cuando necesito algo de apoyo no se me da, así que no vale la pena hacer nada por los demás, no me motiva. Yo soy mi única amiga, eso lo tengo claro, la única que estará ahí día sí día también. El resto sólo mira a su enorme ombligo.

Alice ha hecho la cena hoy pero no pienso comer. Porque no me apetece ver a nadie ahora mismo y porque me he zampado un montón de chocolatinas que tenía escondidas en mi habitación. Ni siquiera las he disfrutado, me las he comido con agonía y rabia, en trance.

Conociéndome, ahora es cuando yo saldría de la habitación, pediría perdón por haberme enfadado y acabaría no sé cómo diciendo que toda la culpa es mía. Pero no lo voy a hacer. Estoy harta de ser el perrito faldero, la que intenta arreglar las cosas, la que se esfuerza AL MÁXIMO para que todos estén bien y no haya mal rollo. Me he cansado, he matado ya a esa chica. Si Alice viene a preguntarme si quiero cenar o si estoy bien, o, mejor todavía, me pide perdón por su insensibilidad, todavía sentiré que vale la pena tenerla como amiga. Si no le importa, ella también habrá muerto para mí. No sólo se puede estar en los buenos momentos, la diferencia entre un amigo y un conocido es que el primero está también en los malos.

Tengo el ánimo por los suelos ahora mismo... No sé si me levantaré mañana para ir a clase.

domingo, 3 de marzo de 2013

Nervios y malestar + fallitos en el ayuno

Como prometí en la entrada anterior, hoy voy a hablar de los temas emocionales que me afectan ahora mismo. Son principalmente tres: universidad, futuro y Alice. 

Respecto a la universidad, no me motivan nada las asignaturas que me he cogido este cuatrimestre. Alice, a parte de mi gran amiga y compañera de piso, es compañera de clase, pero no coincido con ella en casi ninguna asignatura. De hecho, voy sola en más de la mitad de las asignaturas y eso ayuda a desmotivarme bastante. Este fin de semana lo he dedicado en parte a ponerme al día con los apuntes e intentar motivarme con la universidad. Es difícil, pero lo estoy consiguiendo, aunque sólo sea porque no me permito ni un pensamiento negativo ahora mismo que pueda echar por la borda mi ya al límite estado de ánimo. 

Respecto a mi futuro, el año que viene acabaré la universidad y no sé qué será de mi vida. Mi pensamiento era irme a hacer un máster a algún país de Europa, los cuales duran dos años. Pero ahora que lo veo tan cerca y que me he dado cuenta de que yo soy tan frágil, no lo soportaría. Me cuesta mucho relacionarme y tengo muy pocos amigos y me da miedo perderlos al acabarse todo esto. Que sí, que siempre se puede tener contacto pero ya se sabe que eso es muy difícil, sobre todo si cada una se va a una punta de España o del mundo. Antes quería irme lejos porque pensaba que esa sería la manera de empezar de cero, pero ¿y si ya no quiero empezar de cero?

Y por último, está Alice. Estas últimas semanas la veo distante, apática y muy seria. ''Será que soy seria'', me dice si le pregunto algo. ''No, tú no eres así'', le digo. ''Será que no me has conocido nunca siendo así''. Sé que son las típicas cosas que dices cuando estás enfadada o mal, pero podría intentar hacer un esfuerzo para no hacerme daño. Es que noto que le molesto hasta a la hora de dormir, que no me dice que me vuelva a mi cama porque le doy pena, pero no quiere que duerma ya con ella. De hecho, se lo pregunté, le dije que si quería que me volviera a mi cama y me respondió que hiciera lo que quisiera. Seré tonta, pero a mí esas cosas me duelen un montón. No estoy pasando por un buen momento y hago un esfuerzo tremendo por hacer cualquier cosa que la saque de ese estado y no sé si eso lo valora o siquiera le importa. 

Me siento una imbécil muchas veces. Siempre estoy ayudando a la gente desinteresadamente (sé que el karma no existe, pero uno de mis lemas es que he de tratar a los demás como quiero que me traten a mí). A Alice le dejo notitas donde y cuando no se lo espera, porque pienso que le hará ilusión. Hoy mismo le he dejado una en su habitación para que la vea cuando vuelva; pienso que le puede alegrar el día (abajo os dejo las imágenes). O hace unas semanas... era el primer aniversario de la muerte de su abuela y, como sabía que ese día iba a estar triste, me curré un juego de pistas y notitas que acababan en un regalo (una foto grande de ella de pequeña con su abuela y una camiseta que semanas antes le había gustado en una tienda) que le hizo llorar. Esta semana me han dicho dos personas diferentes que 'soy un sol', otra que 'qué haría yo sin ti', otra que 'te ven cara de ONG'. Intento darlo todo de mí sin pedir nada a cambio, no sería justo. Sin embargo, luego, si me da el bajón pienso ''¿y yo qué? Sí, mucho sol y muy bonito todo pero nadie ve más allá en mí''. ¿Para qué te vas a enamorar de alguien y hacer que esa persona sea algo más para ti si la puedes tener como amiga y beneficiarte a otro/otra al mismo tiempo? Total, ella siempre estará ahí para ti, es así de tonta y de poco malintencionada. Estoy cansada de estar sola... 

Y después de este berrinche, voy a hablar de cómo me va el ayuno. Ayer iba bien, sólo tomé un zumo de una naranja y medio pomelo, muy aguados, y un caldo. Pero vino la terrible noche y comí de puro aburrimiento: 2 zanahorias y 2 tostadas con sendos quesitos caserío. Dentro de lo que cabe no está mal... Hoy he tomado para 'comer' un zumo como el de ayer y supongo que por la noche tendré que cenar, porque Alice y otra compañera ya habrán venido. Pese a todo, estoy orgullosa: ayer estuve a punto de bajarme al 24 horas a comprar todo el chocolate que pudiera y no lo hice, resistí la tentación.






sábado, 2 de marzo de 2013

Sola en casa + empiezo el ayuno

Este fin de semana me he quedado en mi piso de estudiantes solísima. No me apetece volver a Shittytown, total, voy a hacer lo mismo que estando aquí, es decir, nada, pero más a gusto porque estoy sola. Es contradictorio porque siempre he sido una persona solitaria y sin amigos, y realmente siempre ha sido porque yo no necesitaba a nadie, estaba bien como estaba. Desde que empecé a salir con mi ex, hace ya más de cuatro años, acabé volviéndome o dándome cuenta de que en realidad yo era una chica dependiente. No me gusta estar sola, aunque tampoco acompañada de cualquiera. Me gusta tener a una persona especial con la que pasar mucho tiempo siendo yo misma, sin fingir. Sin embargo, de vez en cuando necesito un día o dos para mí, donde no tenga que hablar con nadie ni hacer nada que no quiera ni dar explicaciones de qué hago, qué como o por qué me he levantado tan tarde o tan pronto.

El caso es que cuando acabé ayer las clases a las ocho de la tarde, decidí coger las botellas de alcohol que tenía y emborracharme. Cuando bebo lo suficiente me da por llorar como una tonta por lo triste que es mi vida y esas cosas y me animo a mí misma a intentar cambiarlo. Y como esta semana ha sido una gran caca emocionalmente hablando, y últimamente no puedo llorar (no me sale, será de lo mucho que lo he hecho en mi vida), necesitaba sacar esa bola que tenía dentro de mi. Funcionó, lloré todo lo que tuve que llorar, incluso acabé expresando en voz alta como una loca esos pensamientos que no dejo que salgan al exterior. A las 4 de la mañana me he despertado a en la cama de Alice (creo que ya he mencionado que me he  'mudado' a dormir a su habitación) con la luz encendida, con los peluches de la cama sin quitar y sin recordar cómo he llegado allí. Lo malo es que ahora tengo el estómago fatal...

Y como no quiero matar de aburrimiento a la gente, sobre los temas emocionales que han hecho que necesitara beber para llorar hablaré en otro post.

Por cierto, aprovechando que estoy sola voy a hacer un par de días de ayuno, aunque no estricto. Me permitiré el 'lujo' de hacerme zumo de naranja, aunque diluido con agua, y caldo. Quiero ver si consigo volver a los 49 kg que llegué a conseguir, porque estoy viendo que los pantalones vuelven a apretarme, y ahí ya sí que me mantendría y me dejaría de tonterías. Además, necesito desintoxicarme de todas las guarradas que he comido últimamente. Eso sí, no sé volveré a la cuenta del intake y si lo hago no voy a calcular las calorías que tiene cada cosa porque eso es volver a meterme en un bucle de obsesión nada sano. Aunque, quien sabe, con lo contradictoria que soy yo para este tema a lo mejor mañana estoy contando otra vez calorías...
Peso antes del ayuno: 51.5 kg
El lunes, cuando acabe el ayuno, me volveré a pesar.