martes, 14 de mayo de 2013

Muero por dentro

No tengo nada de ganas de escribir pero quería dejar constancia de esto. Ayer, por fin, después de muchas sospechas y comidas de cabeza por mi parte, Alice me confesó que está tonteando con un chico. La veía muy pegada a su móvil las últimas dos semanas y ella era de esas personas que siempre han pasado bastante del trasto. Me molesta eso y me molesta que no me lo haya contado, aunque fuera para no hacerme daño. Da igual lo que hubiera hecho, la pobre, todo me hubiera molestado realmente. Estoy destrozadísima, es egoísta por mi parte pero siento que he muerto por dentro. Intentaré disimularlo porque últimamente intento fingir que ya no me gusta tanto. No creo que lo consiga. No tengo ganas de nada, no tengo ganas ni de disimular que me importa un pimiento y que me alegro, porque no es así. Soy una puta egoísta.

Lo único bueno es que del mal rato que estoy pasando se me ha cerrado el estómago por completo y no tengo miedo a los atracones. Así compenso el horrible finde en Shittytown, alimentariamente hablando. Fuck it! ¿A quién quiero engañar? Estoy destrozada. Fuck my fucking life.

domingo, 12 de mayo de 2013

¡Reacciona!

No quería volver a Shittytown antes de que acabaran los exámenes de junio y, sin embargo, aquí estoy. El viernes me quedé sola en el piso y me dio un ataque de ansiedad. Mi mente no podía dejar de pensar en muchas cosas que me niego a aceptar y empecé a sentir miedo. Un miedo irrefrenable, que me paralizaba y me oprimía el pecho. Un miedo real pero a nada concreto. Sólo quería huir de allí y refugiarme en un sitio seguro. Shittytown lo es durante las primeras horas hasta que me doy cuenta de que huyo de algo que no puedo escapar; huyo de mí y yo soy la única persona del mundo de la que no puedo huir. Ese fútil pensamiento para muchos crece dentro de mí y me asusta. Soy la última persona del mundo con la que no quiero quedarme a solas ahora mismo y la única que no puedo evitar. 

Soy una contradicción con patas y corazón bombeante. Tanto necesito huir de la gente como de la peste y refugiarme en mi soledad como huir de mí misma refugiándome en alguien concreto que no me haga sentir sola. Depende del momento. Y ahora no quiero estar sola. Sin embargo, desobedeciendo el consejo de Alice de quedarme en Shittytown hasta el lunes ahora que no tengo clase ese día, volveré esta tarde a Wonderland. El tema de la comida aquí me agobia más que otra cosa. Hago muchos esfuerzos para no gritar a mi pobre madre, que no tiene culpa de nada. Como tantísimo aquí que me paso el día con dolor de barriga. Ya no me importa que si el peso o que si voy a engordar, es que enfermo físicamente con la comida en Shittytown.

Me digo a mí misma que puedo poner fin a todo esto cuando quiera; Alice me dice que necesito ayuda y dejarme ayudar. A veces me parece que Alice es una extensión de mi conciencia que me cuenta las verdades que yo no quiero reconocer. Ayer me dijo una de las peores cosas que me podría haber dicho nadie, me dijo "me da rabia ver cómo dejas que tu vida pase". Me sentó como una patada en la boca del estómago, noté hasta cómo se me paraba el corazón durante unos segundos. ¿Tú también piensas que mi vida no vale la pena tal y como está ahora? ¿La estoy desperdiciando? Lo peor de todo es que si me sentó tan mal (no de enfadarme, sino que me hizo polvo escucharlo) es porque tiene razón. Sus bofetadas dialécticas me hacen despertar de mi mundo irreal pero no llego a reaccionar, no sé ni por dónde empezar. No tengo nada a lo que agarrarme, sólo a mi TCA y a mis escritos y ninguno de los dos son buenos.

A veces me imagino a mí misma huyendo con todo el dinero que tengo ahorrado y desapareciendo. Inventándome un nuevo nombre y una nueva identidad y un pasado. Sería otra persona y no tendría que tener miedo de mí porque yo ya no sería yo. Sería María, o Laura, o Ana, o Nuria, o Silvia, o la nueva persona que yo inventara. Es tan solo una fantasía, por supuesto.

Vale, ¿y ahora qué hago? Alice me dijo ayer que necesito reaccionar y que escribir alivia pero no lo soluciona todo. Tiene toda la razón. Llevo escribiendo desde que me alcanza la memoria, creando en vano la sensación de que los malos sentimientos se quedan en las palabras que voy tecleando y que salgo renovada de esta catarsis. Mentira. Escribir me puede servir para muchas cosas pero no me soluciona nada. HE-DE-REACCIONAR. Pero, ¿cómo? ¿Salgo a dar una vuelta? ¿Para qué, si voy a estar sola, con mis pensamientos negativos que quiero evitar? ¿Veo una peli? Llevo 4 vistas este fin de semana y me ponía a llorar cada vez que veía una escena de amor o cualquier frase que remotamente me recuerde a algo (y no lloro nunca viendo películas). Quiero algo más a largo plazo, algo que me cambie el chip de verdad y que no ocupe sólo unas horas de mi vida. Estoy decidida. Sea lo que sea. No voy a decir que no, ni a pensar que no encajo en eso, ni que no conoceré a nadie, ni que me van a mirar raro, ni que eso no sirve para nada. Todos los pensamientos que me frenan los voy a prohibir. Tengo la voluntad ahora mismo, me falta la idea. ¿Por dónde empiezo?



martes, 7 de mayo de 2013

Tocándome la barriga

Pero no metafóricamente, sino literalmente. Creo que mi barriga es una de las pocas cosas que no me obsesionan ni odio de mi cuerpo. Tampoco es que me llegue a gustar, siempre se puede mejorar y bajar un poquito más la grasa de la barriga, pero no es una parte de mi anatomía que no enseño por nada del mundo... al contrario que prácticamente el resto de mi cuerpo. Desde mis horribles brazos con cicatrices hasta mis muslos o pantorrillas pasando por mi cara. Nada me gusta y todo me acompleja. Todavía no he empezado a ponerme manga corta, por cierto, y me entra ansiedad cada vez que me imagino que se acerca el inevitable día en el que tendré que enseñar los brazos otra vez y exponerme a preguntas incómodas o miradas curiosas u horrorizadas. 

El caso es que yo venía aquí a hablar de mi barriga. Siempre que estoy sentada en el sofá sin hacer nada estoy tocándome la barriga. Me meto la mano por debajo de la camiseta o me la levanto un poco y me la toco. No me fijé en que era un hábito hasta hace poco, que me lo comentó mi padre. Creo que eso debe estar relacionado con lo de que no tengo complejo ahí. No estoy pendiente las 24 horas del día de que no se me vea ningún centímetro de mi barriga y me agrada esa parte de mi cuerpo, así que la toco sin darme cuenta; es mi zona segura. Eso no pasaría, por ejemplo, con los brazos. De ninguna manera me remangaría sin pensarlo, espontáneamente, la camiseta y me los tocaría mientras veo tonterías en la tele. No puedo desconectar de ellos. Sea cual sea el momento me doy cuenta de cuándo se me ha subido un milímetro la manga y me la vuelvo a poner en su sitio. Lo mismo pasa con mis piernas y mi culo o mis pechos. No soy natural con ellos, me paso el día tapándomelos.

Y en cambio con mi barriga sí. No me doy cuenta de si la camiseta se me sube un poco y se me ve el ombligo porque mi cerebro no lo ve como un "enemigo". En cambio, me paso la vida subiéndome las camisetas escotadas para esconder mi nulo escote. 

Que esa es otra, no he hablado de ello por aquí pero otro de mis grandes complejos es mi falta de "pechonalidad". Soy prácticamente plana y eso me ha acomplejado siempre un montón. A veces pienso que mi obsesión por tener un cuerpo muy delgado es para que éste sea proporcionado con mi nulo pecho; ya que no puedo aumentar el tamaño de mis pechos (de manera natural, nunca me pondría silicona), disminuyo el  del resto de mi cuerpo. Quedaría ridículo una gorda sin tetas... porque encima no me crecen las tetas si engordo, va todo al culo, como las mujeres hotentote. El único cuerpo que le "queda bien" a mis tetas es un cuerpo esquelético.

Joder, es un pensamiento que siempre había tenido pero exteriorizarlo de esta manera hace que parezca ridículo. Ignoradlo, soy un poco subnor a veces con mis reflexiones.

Por otro lado, 49.7 hoy en la báscula. La primera vez que veo un 4 desde  diciembre. Supongo que me tengo que alegrar, pero no me veo más delgada, así que es una alegría a medias. Estoy en ese estado de euforia y energía y mareos y debilidad al mismo tiempo, cosa que me encanta aunque suene raro. Lo malo es mi estado de ánimo cambiante, que paso de las ganas de comerme el mundo a las ganas de llorar en cuestión de minutos.

domingo, 5 de mayo de 2013

No entiendo a mi cuerpo + manualidades + lectura


Después del atracón monumental de ayer, que, aunque vomité en parte, nunca te deshaces de toda la comida, hoy me he pesado para ver cuánto la había cagado y... ¡tachán! 50,2 kg. What? ¿Qué ha ocurrido? Me he pesando 10 veces seguidas de la incredulidad. Pues sí, parece que sí peso 50,2 kg. No lo entiendo. Apenas me he movido en toda la semana porque he estado estudiando como loca y he estado comiendo normal.


Alice se fue el martes por la tarde porque ha hecho puente y desde entonces no la he visto. El día anterior me preguntó si me agobiaba con lo de cocinarme y planearme las comidas y yo le dije que no, que me hacía un gran favor con eso. Creo que está un poco rallada (¿rallada? ¿rayada? Nunca sé cómo escribir la palabra) porque me ve más taciturna de lo normal. Al día siguiente, antes de irse, la vi meterse en la cocina y cuando me di cuenta me estaba preparando las comidas y las cenas de toda la semana, desde el martes hasta el domingo. Me sigue pareciendo increíble que se implique tanto en ayudarme y que parezca no importarle. Yo ya no sé cómo agradecérselo, la verdad, cualquier cosa que le diga se queda pequeña.


Los dos últimos atracones que tuve no fueron por hambre, sino por ansiedad pura y dura e intentar llenar mi "vacío" de alguna manera. La verdad es que el hambre me ha desaparecido casi por completo. Me di cuenta  de que cuando me ciego a hacer algo (por ejemplo, ahora estudiar y hacer trabajos universitarios, que apenas paro) me olvido por completo de la comida y de otros pensamientos negativos. Es mi vía de escape ahora mismo. Me cuesta mucho ponerme a hacer cosas, pero cuando lo hago no paro y eso me ayuda mucho a estar más en paz conmigo misma.


Por otra parte, como este fin de semana lo he pasado sola, he tenido mucho tiempo libre. Decidí comprar aguja de crochet y lana (las que tengo están en Shittytown) y hacer algo creativo. Me inventé el colgante esté que veis en la imagen. Se lo regalaré a Alice para que lo cuelgue en el retrovisor de su coche o donde quiera, aunque no estoy segura de si le gustará, creo que es un poco cutre. Me encanta hacer muñecos y cosas de crochet y regalarlas a la gente. Lo normal es que sean cosas personalizadas: pienso en una persona y hago lo que me inspire. Por eso, si es para mí misma o para nadie en concreto no me salen cosas y no me motiva. Lo malo es que no tengo casi amigos, así que no tengo a mucha gente para inspirarme y regalarles mis chorradas.



Y ya, por último, he empezado a leerme un libro llamado "¿Quién decide lo que comemos?", de Felicity Lawrence. Os dejo la sinópsis:
¿Cómo el negocio de la alimentación perjudica la salud, la economía y el medio ambiente?  ¿A qué se debe que la mayoría de alimentos procesados estén elaborados a partir de los mismos ingredientes? ¿Y que esos pocos ingredientes sean fabricados por un puñado de multinacionales? ¿Cómo han llegado los cereales a convertirse en el desayuno principal de millones de niños en el mundo si se les acusa de ser menos nutritivos que el paquete que los contiene? ¿Y por qué hoy día el 60 por ciento de los alimentos procesados contiene soja? ¿O no se nos advierte de que el azúcar puede perjudicar tanto la salud como el tabaco? Felicity Lawrence, periodista especializada en temas de alimentación, realiza un sobrecogedor recorrido por los secretos de las grandes corporaciones agroalimentarias para revelar cómo esas multinacionales manipulan nuestros hábitos alimenticios y nuestras ideas. Una lectura fundamental para hacer frente a la amenaza que supone la actual industria de la alimentación para la salud y la de todo el planeta.

El libro es increíble y muy recomendable, me estoy quedando en shock. Por lo pronto sólo he leído el primer capítulo, el de los cereales del desayuno, y he decidido no volver a comprarlo nunca más. Sólo se salva el muesli, y si no le añaden azúcar a mansalva. Ya colgaré algún recorte que he hecho (lo leo en el ebook), porque es impresionante.

EDITO: no tengo nada de hambre y no iba a cenar, pero he visto que hoy sólo he ingerido 260 kcal. Sigo sin entender a mi cuerpo, ¿por qué a veces me cuesta tanto comer y otras me comería hasta el papel de las magdalenas? Tendré que comer algo, se supone que estoy intentando comer más sanamente, y no sé el qué. Mi mente enfermiza sólo puede pensar en comer una zanahoria, o un tomate, beberme un té. ¡¡Necesito comer algo con sustancia!! Tengo que obligarme. Estoy pensando en hacerme un poco de salvado de avena con canela, té y miel, por ejemplo. Sé que son hidratos pero siendo vegetariana poca proteína puedo tomar que sea consistente. Odio tener que pensar en la comida, es más fácil cuando está Alice, que me como lo que me pone sin rechistar porque ella sabe lo que se hace. Si tengo que pensarlo yo me obsesiono y secretamente empiezo a contar calorías.

sábado, 4 de mayo de 2013

Siempre igual

Sólo 3 días después de jurarme que ese sería mi último atracón, he vuelto a caer. No me lo puedo creer. El post anterior no me sirvió de nada porque he seguido cometiendo los mismos errores. Me dan ganas de imprimírmelo y colgármelo en mi habitación en un lugar visible para tenerlo siempre presente. Soy tonta, joder.

Lo peor de todo es que no ha sido por hambre irrefrenable por restringir mucho la comida, como otras veces, sino que ha sido por una especie de autocastigo y vencer la ansiedad y la tristeza. Ni siquiera me ha ocurrido nada concreto, estoy sola en Wonderland y llevo todo el día estudiando y haciendo cosas de la universidad. Y de repente me he puesto a pensar en cosas que me han generado mucha ansiedad. En lugar de intentar calmarme me he metido en un bucle de negatividad y rabia y para cuando me he dado cuenta estaba atacando la despensa. Es que, joder, es absurdo, no tenía ni hambre y me he puesto hasta arriba de mermelada a cucharadas, tostadas con miel, cereales y queso, todo mezclado con leche (menos el queso, claro). He acabado vomitándolo todo.

Además, sé que mañana mi mente va a querer ayunar para compensar lo de hoy. Lo voy a evitar de todas las maneras posibles, estoy intentando salir de esta mierda de comportamientos viciosos e intentar comer sano y ayunar durante un día no es el buen camino. Claro, que atracarse y vomitarlo tampoco.

Ahora sí que sí, tras mi pequeño tropezón, hoy 4 de mayo es el último atracón de mi vida.

Pesaba 50,7 hoy, veremos mañana.