domingo, 28 de abril de 2013

Reflexiones sobre atracones

He estado reflexionando, como siempre, y he llegado a ciertas conclusiones. Y, como siempre, creeré que hoy será un punto de inflexión en mi vida y que de ahora en adelante empezaré a hacer las cosas bien. Pero, como siempre, es posible que no haga caso de lo que diga aquí. 
  • No, eso de "yo controlo" no es verdad. Si no quiero despertar al monstruo de las galletas no puedo comerme ni una mísera galleta, onza de chocolate o golosina. De lo contrario, no podré parar.
  • Quizá el ansia tan desesperada que tengo de chocolate y otras guarrerías se deba a que me restrinjo mucho y las ganas se van acumulando. Debería poder permitirme un poquito de dulce al día. Pero esto entra en contradicción con el punto anterior. 
  • Puedo aguantar sin atracarme durante todo el día, pero las noches se convierten en mi punto débil. He de ser más fuerte y no sucumbir. De nada matarse de ansiedad evitando guarrear durante todo el día si la cago por la noche.
  • Debo dejar de guardar guarrerías en mi habitación. La mejor manera de no caer en la tentación es no tenerla cerca. Si sé que tengo chocolatinas bajo mi cama, mi cabeza no para de pensar "cómetelas, cómetelas, cómetelas, cómetelas... por una vez no pasa nada; esta será la última vez".
  • Es una tontería condicionar un atracón según como se dé una circunstancia de mi vida. Sólo son excusas para no sentirme mal si me atracó. Hablo de pensamientos como "si no pasa X, que es lo que quiero que pase, tengo barra libre", "si me enfado con Y me puedo atracar, por tonto/a, que no me hubiera enfadado", "si Z me sale mal, me compro dos tabletas de Milka y me las como, así intentaré hacerlo bien". ¡No tiene ningún sentido! Llevo tanto tiempo tratando mi vida así que me parece normal, pero es una tontería. Qué culpa tendrá una persona o una situación para que yo decida una cosa u otra, eso sólo depende de mí. He pasado el fin de semana atracándome para compensar malas situaciones pero ésta es la última vez. Le he dado a Alice mis chocolatinas de reserva y le he dicho que las esconda, porque estoy de un humor que sé que cuando me meta a mi habitación por la noche empezaré a comérmelas como una gilipollas en la oscuridad sólo para compensar ese malestar que tengo. "Si el día mejora, no me atraco...". ¡Pues no! Te vas a quedar como estás, mejore el día o no.
  • Seguramente las pastillas esas que tengo guardadas por ahí que se supone que te controlan el apetito por los dulces y el hambre no sean más que una estafa pero voy a empezar a tomarlas. A lo mejor me sirven como placebo. Necesito controlarme ahora mismo porque me entra mucha ansiedad por la tarde-noche de devorar cualquier guarrería. Si no funcionan, pues no las voy a tirar, ya que las tengo, como mucho no harán nada pero son inocuas.

  • El punto anterior no significa que mágicamente se me pasará toda la ansiedad si las pastillas tienen base científica y funcionan (como estudiante de biología, me gusta saber los mecanismos por lo que algo así funciona o no y no veo que expliquen por ningún lado cómo regula exactamente el apetito, así que soy excéptica) . He de poner de mi parte.
  • No he de premiarme con un "día de comida libre" (aka atracón, porque sé que será un atracón) cuando llegue a un peso deseado. Sé de sobra que un día de flaqueza conlleva que al día siguiente quiera como mínimo la misma cantidad de guarradas y pienso "por otro día no pasa nada". Y así hasta el infinito. Como mucho debería premiarme con algo que quiera pero que no tenga que ver con la comida.
  • No es lo mismo 5 que 50. Quítatelo de la cabeza. Cuando me sobrepaso de las calorías que mentalmente me parecen adecuadas, me pongo en plan derrotista y me digo "si ya me he pasado, ¿qué más da un poco más de mierda en mi cuerpo?". Por mucho que me haya pasado, las calorías aportadas son algo que se va sumando. No es negro o blanco, no es "calorías bien, calorías mal". Dentro del mal hay un rango infinito y cuanto menos lo aumente mejor.
Con que sólo un tercio de lo que pongo aquí cale en mí y haga un poco de caso, las cosas me irán mejor.

sábado, 20 de abril de 2013

Sola en casa

Este fin de semana me he quedado en Wonderland* (aka Unitown) sola. Es una gran liberación, solo yo y mis pensamientos, aunque al mismo tiempo me siento especialmente vulnerable cuando me quedo sola.   Soy una contradicción en potencia lo sé. Por lo pronto me he decidido a ponerme a escribir hasta que cierren los supermercados y se me pase la tentación de bajar a comprar para un atracón que probablemente querría vomitar después.

Esta semana he dejado de dormir con Alice y he vuelto a mi habitación. Al principio me costó un poco porque estaba acostumbrada a dormir con ella y notaba que me faltaba algo y que esa no era ya mi habitación, pero me voy acostumbrando. Ahora miro el lado bueno, y es que puedo llorar tranquilamente por la noche cuando me da por ahí. Sí, es muy triste que eso sea lo bueno. Estoy cansada últimamente, taciturna, tengo constantemente pesadillas por la noche y problemas digestivos. No quiero dar detalles escatológicos por si sois sensibles pero desde hace más de un mes creo que tengo problemas para hacer la digestión. Fui al médico a hacerme un análisis y el lunes me dan los resultados. Yo tengo el presentimiento de que algo saldrá mal...

He estado comiendo bastante bien esta semana, nada de atracones ni de sentirme especialmente mal por comer. Sin embargo, el jueves para cenar Alice y yo nos pedimos un kebab con patatas para compartir y cuando acabé me encontré muy angustiada sin razón alguna, tanto que fui al baño a ver si conseguía sacarlo y se me pasaba (de manera natural, no quiero provocarme el vómito y menos delante de mis compañeras). No conseguí nada y me sentía tan mal física y psicológicamente que me fui a acostar muy pronto. Cuando les di las buenas noches a Alice y a Peach (otra de mis compañeras), que estaban en el salón viendo la tele, vi en Alice un gesto raro. No sabría decirlo, quizá era enfado, quizá extrañeza, quizá sólo mi imaginación... Así que ya en mi habitación  empecé a darle vueltas a la cabeza y decidí escribirle por Line. La conversación que tuvimos fue bastante reveladora. (No pienso corregir las faltas de ortografía; escribir por el móvil es lo que tiene).

2013/04/18(jueves)
Yo: sorry por irme tan de repente, me han entrado unas ganas de potar increíbles y no quería contarselo a Peach
Alice: no hay problma
[...]
Yo: no me apetece hablar de eso con ella porque ya me ha hecho algún comentario y no quiero que se piense nada raro
Alice: se nota q le das muxa importancia a las calorias
Alice: y n es tonta...
Yo: supongo q no
Alice: eres tu la q haces q esas cosas sean raras xq sabes q n es normal y haces q la gente lo acabe viend como tu
Yo: por eso no me quiero darle más pistas... aunque no lo sea esto, pero no me gustaría que se quedará con la mosca detrás de la oreja
Alice: supong q ya la tiene
Alice: pr desd el principio
Yo: yo hago que se vea raro? el q?
Alice: se nota mucho alba...
Alice: lo de las comidas y las angustias
Alice: yo si teng angustia lo digo normal xq cm se q n me provoco el vomito pues n pienso q piensen eso de mi...pr sin embarg tu sabes q tus pensamients n son del todo sanos y haces q el resto piense sobre eso
Alice: pero se nota q tu relacion cn la comida n es una relacion normal...ya sabes a lo q me refiero
Alice: yo se q disfrutas d las comidas pr cuand acabas te atormentas...
Alice: aunque intentes engañat a ti misma
Alice: sinceramente...creo q lo q te pasa tiene muxo de psicoligico
Alice: n dejas a tu sistema digestivo trabajar tranquili
Yo: no siempre me atormento ... estos días más porque me sienten un poco mal, me arrepiento de comer pero porq me da angustia... pero por eso
Yo: tú crees?
Alice: n te das cuenta?
Alice: siempre stas:uff eso es un monton!!,es q *nombre censurado* me ha hecho comer (nota: la chica del nombre censurado es una amiga a la que le gusta mucho comprarme tostadas para almorzar o cosas de chocolate para compartir con ella),es q me tengo q quitar el chocolate,los alimentos ligt n engordan...
Alice: no hay ni una sola comida en la q no hagas al menos un comentario de ese tipo,y si no lo haces teng claro q lo piensas,se te nota...
Alice: asi cualquiera trabaja agust
Alice: soy yo tu estomag o intestino y te mando a la porra
Yo: sinceramente, no me había dado cuenta de eso
Alice: pues si hija
Alice: se te sale solo
Alice: del alma
Yo: en serio siempre hago esos comentarios? porque yo creo q hablo poco de eso
Alice: me da igual q lo digas xq se q lo pensarias igual
Alice: continuament hablas d tu culpabilidad hacia lo q has comido y te intentas autoconvencer d q lo has disfrutad muxo y n te arrepientes
Yo: es interesante
Alice: pero ami no me convences...lo consigues contigo misma?
Alice: interesant el q?
Yo: interesante your point of view
Yo: chiquilla tú eres una psicóloga en potencia
Alice: hahah q pava
Yo: porque no me había dado cuenta de esas cosas o no quería
Alice: pues yo creo q sts muy claro,sera q te cuesta vert a ti misma
Yo: yo puedo intentar convencerme o no, pero sí no lo consigo no es mi culpa
Alice: n creo q sea cuestion d convencerte,creo q va mucho mas alla
Yo: esq sinceramente verse los defectos de una misma es difícil y duro, por eso a veces nos ponemos la venda
Alice: supong q tendrias q llegar al origen de tu relacion cn la comida para intentar solucionar el malestar q te provoca
Alice: por eso me parecia q los ejercicios.de la psiciloga eran muy interesantes y utiles
Alice: xq sty segura.d q hubieras descubiert muxo de ti y te hubieras dado cuenta d lo q se ve realment desd fuera
Yo: sí, puede ser. siempre puedo hacerlo oorq mi cuenta
Alice: xq aunque te diga lo q yo veo,tu n llegas a verlo
[...]

Hasta ahora pensaba que mis problemas intestinales podían deberse a que me he vuelto intolerante a algún alimento, pero no tiene sentido porque no siempre como lo mismo pero siempre estoy igual. Sin embargo, ¿y si Alice tiene razón? ¿Y si la culpabilidad que tengo al comer me hace tener estos síntomas? Disfruto mucho las comidas que me hace, es cierto, y no tengo casi culpabilidad. Pero ahora me pregunto: ¿no tengo casi culpabilidad o intento convencerme de que no la tengo? Esperaré a las pruebas del análisis antes de ahondar en esa teoría.

Por último, al día siguiente, al saber que me quedaba sola en Wonderland, Alice me preparó esto:


















¿No os parece la chica más adorable del mundo? No tiene ninguna obligación de hacer estas cosas y ahí está, al pie del cañón para evitar que yo haga cosas malas. Porque ella y yo sabemos que si no hubiera preparado nada, no comería apenas nada este finde (o comería, pero guarrerías de atracón). Pero con ese esfuerzo que hace me sentiría como una mierda si lo ignorara o tirara la comida. Os parecerá una tontería pero al ver esto, después de echarme a reír por lo graciosa que era la nota y la situación, tuve que buscar intimidad para llorar. Es un gesto que significa muchísimo para mí; yo no creo que imagina lo hondo que me llegan esas cosas. Le agradeceré esos pequeños detalles y esos grandes esfuerzos que hace durante toda mi vida.

Y el día ha acabado y he evitado un atracón. Hoy dormiré bien.

*He decidido rebautizar el lugar donde vivo en mi piso de estudiantes como Wonderland porque me parece mucho más evocador y bonito y también porque está más ligado al "apodo" de Alice (que, por supuesto no se llama así en la vida real. No, tampoco se llama Alicia).

sábado, 13 de abril de 2013

Hey, baby, can you bleed like me? (fotos editadas)

No me gusta nada hacerme fotos, pero hoy os dedicaré una entrada fotográfica.

Se acerca el calor y, como cada año, la gente empieza a vestir manga corta y a disfrutar del buen tiempo que hace por el levante español. Todos menos yo. Cuanto más brilla el sol, más oscura se vuelve mi mente. Aguanto con manga larga lo máximo que puedo y, cuando el calor ya es insoportable, dejo mis vergüenzas al aire y rezo (es un decir) por que nadie lo vea o me pregunte. Tengo pesadillas por la noche, incluso. Dejo de salir de casa, dejo de relacionarme con la gente (lo poco que lo hacía ya de por sí), no me dejo ver más que lo justo. Todo por el maldito complejo que tengo por mis cicatrices. Estuve lesionándome durante muchos años y estas son las consecuencias. A veces decido que no quiero condicionar mi vida por unas marcas e intento actuar normal, sin esconderme, pero veo las miradas furtivas (o directas y descaradas) de la gente en la cola del súper, sentada en un banco, en una terraza... Las personas se vuelven monstruos para mí que me observan desde la oscuridad y están dispuestos a atacar en cualquier momento. No sé qué me aterroriza más, que me pregunten o que elucubren sobre lo que me puede haber ocurrido. Pero se nota demasiado que no se trata de un accidente, que son cicatrices hechas a posta. Sólo Alice y mi ex saben exactamente y con detalles el origen de mis cicatrices y no les importó en su momento. Lamentablemente, la gente no es tan comprensiva y me da miedo ser rechazada por eso.

Con esto sólo pretendo intentar concienciar a las chicas o chicos que pueden estar empezando a autolesionarse sin pensar en las consecuencias que tendrán en el futuro, con una especie de "niñas, haced lo que yo os diga pero no lo que yo haga". Pasarse la vida haciendo planes que has de posponer hasta el invierno siguiente (o, como digo yo, hasta la "manga larga siguiente") no es vida. Vivo sólo la mitad del año. No se lo deseo ni a mi peor enemigo.

Además, aproveché para hacerme fotos de mi cuerpo, prácticamente por primera vez en mi vida. Por desgracia con esto no os podéis hacer una idea real de cómo soy porque os aseguro que delante del espejo y en directo no me veo así para nada. En parte es por la cámara y en parte por mis pantalones "push-up", como yo los llamo, que me mantienen las mollas en su sitio. ¡Hasta mi culo parece más prieto! La próxima vez enseñaré más carne y veréis que no es todo tan idílico. Porque sí, viendo estas fotos me gusta mi cuerpo. Ojalá fuera real.
[Fotos editadas]






miércoles, 10 de abril de 2013

Always Alice

 Supongo que afectará bastante que me tiene que bajar la regla en dos días, supuestamente, pero estoy ahora mismo un poco mal anímicamente y cabreadísima sin motivo. Cabreada con Alice, incluso, y no lo entiendo, porque ella no ha hecho nada malo, la pobre, pero me dan ganas de no dirigirle la palabra y no hablar hasta que no me diga ella algo. No sé por qué me pasa. En parte creo que estoy sacando fuera un poco el rechazo amoroso que he tenido con ella y exteriorizándolo. La manera de cortar sus acercamientos hacia mí fue tan brusca que no me lo esperaba y yo sigo queriendo ese contacto y no me he acostumbrado. Así que, en parte, pienso que quiero dejar de tener un contacto más cercano con ella y que si ella quiere algo conmigo, que me busque. Porque es muy fácil que te vayan detrás, muy fácil y muy agradable; estar en la otra situación, que es ir detrás de alguien y no notar una respuesta positiva pero que tampoco te tiren para atrás, molesta. Cansa. Yo estoy agotada mentalmente.

Además, me estoy muriendo de hambre y no quiero comer. Quizá si estuviera sola hubiera comido, pero con Alice aquí no lo voy a hacer. No puedo evitar compararme con ella. Desde hace unos meses ha perdido unos kilos y se ha quedado con un cuerpo perfecto y si yo como algo más que ella no lo voy a conseguir. Por eso hago chorradas como no desayunar, porque es la única comida que Alice no me hace, la única diferencia en calorías que me puede hacer bajar y parecerme a ella. Tiene las piernas perfectas, delgadas pero sin llegar a dar grima y el cuerpo también precioso, perfectamente proporcionado. Y, aunque haya adelgazado bastante, sigue teniendo tetas, de las cuales yo carezco aunque engorde como una vaca.

Me da mucha rabia estar enfadada con ella sin sentido, pero más rabia me da no poder mantener el enfado, porque inevitablemente se me pasa todo cuando Alice me dice una chorrada y se ríe. No sé cómo tiene esa sonrisa tan bonita que te hace olvidar todo lo malo, no lo entiendo, no es normal, no es humano. Y lo consigue. Me molesta porque a veces siento que de verdad estoy empezando a superar lo de ella, pero me sonríe o me dice una tontería con esa manera tan adorable que tiene de hacer las cosas y pienso que no lo voy a conseguir. Sé que sí, por huevos, porque todo se supera, pero si no fuera tan tremendamente adorable sería mucho más fácil. Paso de ella, lo intento, pero una tontería que me dice y una sonrisa suya me hace volver a enchocharme, así que lo que tengo que hacer es ser fuerte y no ir detrás de ella como un perrito. Yo soy como soy y sé que me sale natural ayudarla, por ejemplo, con la exposición que tuvo ayer para una asignatura, pero ninguna amiga se esfuerza tanto como yo lo hago por ella. Cualquier persona sólo haría eso con su novio o novia. A mí me dice que me vaya ahora con ella hasta Madrid andando y, aunque al principio trate de convencerla de que es una locura, si es lo que quiere voy, y descalza si hace falta. Eso es lo que me pierde. No tengo que ser una persona más fácil porque parece que no se puede querer a una persona así. La gente podrá pensar que soy buena o lo que sea, pero no tener que “currarse” mis cariños o mis favores me hace como una persona a no tener en cuenta o que no destaca. No sé explicarlo exactamente, la verdad. Simplemente pienso que no se me tiene tan en cuenta como se me tendría si fuera menos “buena” en esas cosas, porque parece que yo lo hago porque ha de ser así y no se ve ni como un favor, ni como gesto de amor, ni como una virtud.

Por eso, voy a intentar comportarme como una persona normal se comportaría. Es imposible dejar de sonreír como una tonta cada vez que ella dice una chorrada porque lo siento así. Es muy graciosa y yo estoy enchochada, por lo que se me cae la baba cuando dice tonterías y cuando se ríe (ay, cuando se ríe, dejaría el mundo por ella cuando se ríe). He de evitar que eso sea tan descarado. La gente no es así, así que yo tampoco he de serlo. Parece que le haga la pelota, pero es que lo siento así, me encanta. Menuda mierda, hasta cuando empiezo hablando de que estoy enfadada (sin sentido) con ella, acabo diciendo cosas bonitas de Alice.

Soy tan tonta que el otro día tuve esa especie de rabia hacia ella y acabé escribiéndole a November, mi ex, diciendo que me apetecía quedar con ella algún día y hablar. Y ahora no quiero. Por suerte, no concretamos nada.


miércoles, 3 de abril de 2013

Y por eso odio venir a Shittytown

Acabo de pelearme con mi madre por culpa de la comida. Ayer me di un atracón de chocolate, patatas fritas y cereales. No es "culpa" mía del todo, estoy harta de decirle a mi madre que NO me compre esas cosas y ella dice que para el poco tiempo que estoy aquí, lo hace. Y yo le digo que no lo quiero, que me lo como todo. Tengo una norma no escrita, una manía más bien, en la que, cuando me paso de las calorías diarias permitidas por mí, puedo (no, debo) comer de todo. No entiendo por qué lo hago, a veces pienso que inconscientemente me estoy castigando por haberlo hecho mal. Con comer de todo me refiero a comer chocolate, galletas, patatas fritas y ese tipo de guarradas hasta que note que voy a reventar. Por supuesto, cuando acabo con las existencias de guarrerías me siento enfermísima y sólo quiero que acabe el día. Y al día siguiente, por lo mal que me encuentro todavía y para compensar, como lo menos posible.

Pues bien, le he dicho a mi madre que en lugar de hacer hoy fideuá para comer, que es muy pesada, me haga una cosa más ligera, como una ensalada, que no tengo muy bien la barriga. Se ha enfadado y me ha dicho que si no me pusiera a comer chocolate no pasaría eso. ¡¡¡Por eso te digo que no me lo compres y me ignoras!!! Si me dejáis sola con kilos de chocolate en la despensa y la depresión de estar en Shittytown y no salir de casa nunca, me lo acabaré todo. No le he dicho eso, sino que aquí como mucho más, en parte porque ella me obliga (ya lo he dicho varias veces por aquí, siempre me está preguntando si he merendado, si he desayunado, etc. y si la respuesta es negativa me ceba; o hace cenas o comidas de 3 platazos y pretende que me lo coma todo más el postre). También le he dicho que no necesito comer tanto aquí porque no lo quemo, porque no me muevo, no salgo de casa apenas cuando estoy aquí (por eso es Shittytown, porque es una mierda de pueblo y, además, no tengo ni un amigo aquí). Ella se ha enfadado y entre otras cosas me ha dicho que a la próxima me quedo en Unitowny también que no piensa preocuparse ni cocinarme nada más, que lo que quiera comer me lo haga yo. Yo le he contestado que con mucho gusto no vendría, sólo vine porque estaba también mi hermana, que estudia fuera pero mucho más lejos y sólo viene en Navidad y Semana Santa, pero que aquí no pinto nada y prefiero estar sola en mi piso de Unitown.

He empezado a hacer la maleta para irme esta tarde a Unitown y en seguida se ha asomado mi madre a decirme "Oye, pues si tienes la barriga mal, para comer podrías hacerte un..." y le he dicho que me deje en paz. "¿No has dicho que no vas a preocuparte más por mi comida? Pues cúmplelo, ya veré yo lo que como, no me hables nunca más de comida". Se ha ofendido, normal, todo es culpa mía por tener problemas con la comida y no decírselo a ella explicitamente, y me ha dicho que me apañe con la comida y que no me dirá nada más sobre eso. Al final se me ha pasado un poco el cabreo y, aunque tengo decidido volver mañana sin falta a Unitown, hoy me quedaré aquí. No tengo el estómago para 2 horas de autobús, con lo sensible que soy a los mareos de por sí. Eso sí, en el momento en el que me diga una palabra sobre la comida me meto en la habitación sin ni siquiera dirigirle la palabra. Me da mucha rabia porque cuando le da la gana me dice eso de "con 23 años que tienes y blablabla", pero para comer y para otras cosas me trata como si tuviera 5. Si quieres que sea madura, trátame siempre como tal.

Ah, y ya que estoy, me sigo desahogando. Ayer fui al médico para pedir un análisis de sangre (soy vegetariana y a mi madre le preocupa que tenga anemia y esas cosas) y por unos problemas intestinales. Me acompañó mi madre y empecé hablando yo pero a las dos frases me cortó y se puso a hablar por mí, como si yo fuera un monigote y ella el ventrílocuo. Decidí callarme y no volver a abrir la boca y que se inventara ella los síntomas que tengo, total, actuaba como si le estuviera pasando a ella. Cuando voy con mi madre pierdo mi identidad, ella se apodera de mis palabras. Ha llegado un punto en el que si alguien me pregunta algo y estoy con ella, me encojo de hombros y dejo que ella responda, como si fuera una niña de dos años. Se la impresión que da a la gente esa actitud pero no lo puedo evitar. Me da hasta vergüenza hablar yo si ella está delante; primero porque no he aprendido, no me ha dejado, y segundo, porque me da vergüenza hablar en castellano delante de mi familia, me escucho rara (con ellos hablo en valenciano, y como no me deja hablar delante de otros porque se mete ella de por medio y yo me enfado y decido convertirme en muda, pocas veces me han escuchado hablar castellano). El caso es que en Unitown hablo siempre en castellano y no tengo acento ni hablo raro, pero con mi familia delante no me sale natural y sueno horrible. Creo que hay que estar dentro de mi cabeza para entender esto, jajaja.


*Nota: de ahora en adelante, Unitown = el pueblo donde esta mi universidad y mi piso de estudiantes, que es más corto decirlo así.