sábado, 1 de diciembre de 2012

Intake 01-12-12 + tirar la comida

Intake 01-12-12:
- Desayuno: un té sin azúcar (qué asqueroso está, por dios)
- Comida: un plato pequeño de arroz caldoso vegetal (~270 kcal, tirando por lo alto), una naranja mediana (100 kcal) y 2 rodajas de piña natural (40 kcal).
- Cena: dos trozos pequeños de tortilla de patatas (~200 kcal), medio tomate con aceite (50 kcal), una manzana (90) y té con una cucharadita de azúcar (40 kcal)

Ejercicio: -226.38 kcal
42 minutos en bici a ~16 km/h. 0.049 x 50 x 2.2 x 42 = 226.38 kcal

Total: 563.62 kcal

Por otra parte, odio que mi madre tire la comida que sobra, lo odio. A veces me como la mitad del plato (de los inmensos platos que me pone) y le digo que guarde el resto para cenar. No merece la pena, porque para cenar, en lugar de ponerte ese plato y ya está, hace algo más que ya de por sí es una cena entera. Yo me como lo que ha sobrado para no tirarlo, pero sobra ya no medio plato de lo nuevo que ha cocinado, sino el plato entero. Y se va acumulando comida hasta el infinito y eso se hace insostenible. Mi madre no concibe eso de la comida única, tiene que poner al menos 2 ó 3 cosas para cenar o comer. Tampoco entiende eso de cenas ligeras; por ejemplo, hoy, si por ella fuera hubiera comido mucha más tortilla, y además pan, muchas lonchas de queso, coliflor (y no simplemente hervida, precisamente), ensalada extraaceitosa... Todo eso había para cenar y he tenido que controlarme mucho, cosa que no es fácil cuando tu madre te trata como si tuvieras 2 años y te coge un trozo de queso y un trozo de coliflor y te dice "toma, cómetelo". ¿Cómo que cómetelo? Ya sabré yo si me apetece o no me apetece, digo yo. Y si me lo como, al rato me vuelve a poner queso en el plato. Arghhhh, no lo soporto.

Por esto, ahora como lo que creo que he de comer, sin pasarme, y si tira la comida que sobra me la suda. Me da igual. Culpa suya. Lo que no voy a hacer es comer el doble de lo necesario sólo para que no vaya a la basura. Pero odio profundamente ver comida desperdiciada sabiendo que hay gente que pasa hambre. Y no hablo de los pobrecitos niños en África, hablo de España, de aquí, de nuestros barrios donde cada vez veo más gente pidiendo comida o rebuscando en la basura. Gente que no tiene ninguna pinta de mendigos, que son personas normales y corrientes a las que no les llega el dinero para comer en fin de mes. Y aquí tirando la comida. Me cabrea mucho.

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