Sólo con el nombre del blog se puede apreciar que no tratará de cosas bonitas.
Soy
una chica de 23 años que arrastra problemas de autoestima desde que
tiene memoria. Cuando era pequeña, nunca fui la típica niña gordita de
clase, pero sí era de buen comer y grande para mi edad. Mi hermana y mi
prima, muy delgadas ambas, siempre se reían de mí y me llamaban gorda,
hasta que acabé creyéndomelo. Tal complejo tenía que en los vestuarios
de la piscina nunca me cambiaba delante de nadie, a pesar de ser una
cría en aquella época. Pero pasó el tiempo, crecí y asumí que iba a ser
de cadera ancha y culona toda mi vida.
A parte de
esto, siempre he sido bastante asocial. No conecto con la gente en
general, con sus pasatiempos frívolos y aburridos a mi entender. Con 14
años estaba sola en el instituto y comencé a autolesionarme como manera
de dejar salir mi rabia, impotencia y tristeza. Además, no había ningún
día que no pensara en el suicidio. Dejé de cortarme cuando tenía 19
años, por lo menos tan frecuentemente; tengo un par de recaídas al año,
un par de cicatrices más cada año. Sustituí los cortes por la
restricción de comida durante un par de días como manera de
"autocastigo", que por lo menos no dejan marcar visibles.
Cuando empecé la
universidad pesaba 61 kilos (mido 1,70) y me veía muy gorda. He de aclarar que no tengo un cuerpo normal, ya que soy de brazos finos, costillas marcadas y plana como una pared, pero de cintura para abajo acumulo muchísima grasa. Hace unos años empecé a pesar 52 kg, supongo que por el estrés y por una relación
tormentosa. Pero me seguía viendo gorda. No es que me vea
gorda, es que lo estoy. Mi culo y mis piernas siguen siendo enormes.
Durante un par de años he tenido momentos de atracones constantes
combinados con la restricción casi total de comida (cuando estoy en mi
piso de estudiantes; en casa no puedo hacer eso, cosas de mi madre, que
le gusta cebarme), pero nunca he estado realmente obsesionada con la
comida o las dietas. Creo que la obsesión comenzó cuando me compré una
báscula. Me pesaba todos los días y si algún día subía de 52, me sentía
gorda.
Hace unos meses me descontrolé con la comida,
llegué a los 55 y dije basta. Voy a quitarme esta grasa como sea, me
dije, y no voy a atracarme nunca más.
Ahora mi objetivo son los 47 kg, para deshacerme de toda la grasa que me sobra y comenzar de nuevo.
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